Nanorelatos Furtivos
Literatura de bolsillo en tiempos de Internet. Relatos cortos y sin rodeos
martes, 28 de febrero de 2023
El engaño
lunes, 20 de junio de 2022
La bancarrota de Evaristo Rojas
Su amigo Lucho le había aconsejado que las criptomonedas eran el futuro y que de todas maneras debía invertir en ellas, que no había forma de perder. “La vez pasada escuché a una gringa, Cathie Wood creo que se llama, decir que el Bitcoin llegaría a US$ 1’000,000. Imagínate compadre, con esa plata te levantas a todas las flacas del barrio. A la firme, ¡qué rico!”, le dijo Lucho, con euforia de borracho y un toque de avaricia sazonada con lujuria.
sábado, 29 de enero de 2022
El helado
Han pasado varios años y no he podido olvidar a Lorena. Estoy convencido de que ha sido la peor enamorada que tuve en la vida. ¿No me creen?
- Gordita, ¿me puedes servir una copita de helado? –le dije a Lorena.
- Claro amorcito.
- Le pones un poco de pecanas y fudge de chocolate encima, ¿ok?
- Por supuesto, yo sé lo que te gusta.
domingo, 1 de agosto de 2021
El cojudigno
domingo, 11 de abril de 2021
El origen de una leyenda
lunes, 29 de marzo de 2021
El dermatólogo
A veces uno asocia un evento rutinario, como una visita al médico, a una persona que se quiso mucho en el pasado. Creo que es mi caso cuando acudo cada seis meses al consultorio del Dr. Ramírez, mi dermatólogo, para pedirle que realice un descarte de cáncer de piel.
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Conocí a Melissa una tarde de verano. Nuestra relación no duró mucho pero sí dejó algunos momentos divertidos. Era bastante lista y bromista, aunque con un humor que a veces me costaba entender.
Una tarde estábamos echados en el sofá viendo una pelicula cuando Melissa, mirando detenidamente mi brazo derecho, me dijo con seriedad: "tienes que hacerte ver ese lunar". Pensé que estaba bromeando pero cuando la miré en el rostro noté que ni siquiera parpadeaba. "Es en serio. Anda al médico".
Y ahí procedió a contarme su historia: "Mira, yo voy al dermatólogo cada año. Me quito la ropa y el Dr. Salas me revisa todo el cuerpo con su lupa para encontrar lunares sospechosos". Seguía pensando que me estaba bromeando, no podía ser verdad. En ese momento me imaginaba al Dr. Salas como todo un pervertido viendo a una mujer desnuda.
Melissa prosiguió con su relato: "¿Ves esta mancha acá en mi mejilla? Es porque me removieron un lunar que era cancerígeno. Y acá también en mi pantorrilla, ¿ves?". Debo reconocer que me sorprendió la naturalidad con la que Melissa me mostró sus voluptuosas piernas.
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- Usted no tiene nada en la piel caballero. Solamente recuerde usar bloqueador de sol cuando salga a la calle a caminar, la radiación es bastante fuerte en Lima estos días.
- Gracias por el consejo Dr. Ramírez. Ya nos vemos en la próxima cita.
Salí raudamente del consultorio, rumbo a mi departamento. Y finalmente tomé valor para decirle la verdad que había ocultado por años a Melissa, algo que tenía guardado en el fondo de mi corazón todo este tiempo: que siempre pienso en ella cuando el dermatólogo me ve desnudo.